Yo enterré todas las muñecas
en el jardín
para que viajaran a la China
les perdí el rastro
pensaba que los túneles
abrirían caminos hacia otros sitios
y soñaba el vuelo de los pájaros
en el trapecio
colgado entre los árboles
nunca pensé en desterrarlas
pero ellas no regresaron vino la noche oscura
enterramos los libros que amábamos para que se salvaran del saqueo
les perdimos el rastro (la huella sigue profunda en las entrañas)
ya no encuentro túneles
senderos de escape hacia otros sitios
ni tengo ese trapecio colgado
                             entre los árboles
pero sueño otros vuelos
                                         A mis amigas
Esa tarde dijo
me divorcié de un hombre
que mataba pájaros
sus claros ojos centinelas del mar
se oscurecieron
cayó el atardecer casi sin serlo
el tiempo
se deslizó hacia atrás como una rueda
allí estaba el silencio
de lo que no se nombra
allí entre mis manos
como una marca el tajo
y un nombre
una imagen sobre el polvo y el viento
un asesino de pájaros
en mi reloj de arena
y se sintieron trinos a lo lejos
Pensé que al fin y al cabo
somos sobrevivientes testificando el mundo
el acecho
             los pájaros
la mordaza
             los pájaros
la lluvia
deslizándose en la espalda
             los pájaros
las otras sus plumajes
             los pájaros
sobrevivientes
al miedo la vergüenza la herida
el ala rota
el silencio
             los pájaros
y en mí todo fue ella
con la voz de otras voces
se repetía el eco
me divorcié de un hombre
    que mataba pájaros
        que mataba pájaros
            que mataba pájaros
Con una misma herida cicatrizada en las alas
volvimos a su casa
más desnudas que nunca
rugía inmortal el mar en la ventana
mientras volaban pájaros
pájaros libres
             pájaros
y se sintieron trinos a lo lejos
Desnuda
             estoy desnuda
me saqué la ropa
los zapatos
             el reloj
me quité el gesto de la cara
             la mueca
la careta
esa tristeza colgando de los ojos
cuando no miro
me extirpé la piel
tu aroma
que en las noches me acariciaba
me borré el nombre
la palabra
olvidé el signo
             el lenguaje         la clave
estoy desnuda
             desnuda
voy a parirme desde la piedra
y el viento...
♦Anamaría Mayol. Nacida en La Pampa, Argentina. Desde hace veinte años reside en San Martín de los Andes (Provincia de Neuquén). Ha publicado poemas en varias antologías en su natal Argentina, Uruguay, Perú, México, Puerto Rico y Ecuador. Entre sus libros destacan Riconto (FEP, 2000); Ventanas rotas (Linaje, 2004); Por eso las estrellas (Puentepalo/El Mono Armado, 2007); No se trata de mí (El Mono Armado, 2011); Para no espantar a los pájaros (El Mono Armado, 2012), y Rara especie el amor (La Grieta, 2014). Sus poemas y cuentos breves se han publicado en suplementos culturales y diarios argentinos, en revistas universitarias y culturales y en sitios web. Ha obtenido menciones y distinciones en concursos nacionales e internacionales de poesía y cuento.