La educación ha sido considerada como uno de los mecanismos más importantes de que disponen los Estados para disminuir las desigualdades intergeneracionales.1 Representa una oportunidad para superar las limitaciones económicas, sociales y culturales de los individuos en función de su origen.2 La importancia de la educación en la formación de los individuos ha sido reconocida también por las instituciones mexicanas; sin embargo, la reforma educativa que ha tenido lugar recientemente en México no ha abordado con éxito esta consideración y un gran porcentaje de jóvenes mexicanos de entre quince y diecinueve años están excluidos del sistema educativo nacional.3
La exclusión es de dos tipos: el primero se refiere a los jóvenes que no han podido tener acceso a alguna institución educativa, y el segundo, a los jóvenes que tuvieron la oportunidad de ingresar a una pero no pudieron o no quisieron continuar con sus estudios. El abandono escolar es el tema de este artículo.4
Durante el ciclo escolar 2010-2011, de acuerdo con las estadísticas del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (inee),5 la tasa de deserción escolar en educación primaria fue de 0.7%, en secundaria 5.6% y en media superior 14.9%. En este último tipo educativo se presenta el mayor riesgo de abandonar la escuela. Las estadísticas arrojan que los estados de Morelos y Guanajuato ocupan el cuarto lugar nacional en deserción escolar, con un 17.5%, esto es, 2.6% por encima de la media nacional.6 Estos datos nos orillaron a abordar el abandono escolar en Morelos, a sabiendas de que las estadísticas obtenidas por las instituciones requieren de un análisis más profundo sobre los actores involucrados en el fenómeno.7 Por ello, este artículo indaga en las causas del abandono escolar desde la perspectiva de los propios actores, es decir, preguntando a los jóvenes y al personal docente y administrativo de la educación media superior su opinión sobre la problemática y los factores que la originan.
En este sentido, la importancia del presente artículo radica en contribuir al conocimiento de la problemática en el ámbito local mediante la utilización de la metodología cualitativa.8 Se realizó una serie de entrevistas a seis jóvenes que no consiguieron concluir sus estudios en el Colegio de Bachilleres del Estado de Morelos (cobaem), plantel 2 de Jiutepec.9 Asimismo, se entrevistó a siete funcionarios de la institución, tanto del personal docente como administrativo,10 quienes convivieron con los jóvenes que abandonaron sus estudios. Esta institución educativa es pública y se localiza en el municipio de Jiutepec.11 En este plantel se observó el mayor porcentaje de deserción escolar en el estado. Durante el ciclo escolar 2010-2011, en los turnos matutino y vespertino, el abandono escolar se situó en el 43.8%; pero para el ciclo escolar 2012-2013 disminuyó a 19.7%.12 Las cifras son alentadoras para esta institución, aunque sigue presentando una tasa de abandono escolar por encima de la media nacional.
El abandono escolar no es un problema de datos estadísticos, sino que tiene consecuencias en otras dimensiones que afectan al individuo, la familia, el sistema educativo y la sociedad en general. En el presente artículo se considera que el abandono escolar es un fenómeno multifactorial, resultado de la acumulación de ventajas o desventajas individuales, sociales, económicas y culturales de los jóvenes (factores internos y externos), en relación con el ambiente en el que se desarrollan. Dichos factores incidirán de manera diferente entre unos y otros. Asimismo, se observa que mientras los ambientes sean más favorables para los jóvenes, menores serán las probabilidades de dejar la escuela, y también, mientras estos factores sean más negativos o desfavorables, las posibilidades de dejar la escuela serán mayores.
En este sentido, el objetivo general es identificar los factores que originaron el abandono escolar por parte de los estudiantes del cobaem, desde las perspectivas individuales e institucionales, y que influyeron en esa decisión de los jóvenes. Como objetivos particulares se sistematizaron y analizaron los factores (de carácter tanto interno como externo) que tuvieron una mayor influencia en esa decisión, ello con el propósito de identificar de qué manera dichos factores (y los ambientes en que los jóvenes se desarrollaron) influyeron en su decisión.
La estructura del artículo es la siguiente: en primer lugar, se hace una breve descripción de la literatura sobre el abandono escolar y se establecen las bases teóricas en las que se ha estudiado. En el segundo apartado se propone abordar este fenómeno a través de la propuesta metodológica del modelo teórico de Urie Bronfenbrenner, que incluye los ambientes y factores que influyen en el abandono escolar. Se propone ubicar el sistema educativo nacional como elemento del macrosistema y plasmar así el ser y hacer de la educación media superior.
En los ámbitos exosistema y mesosistema, se pretende ubicar a la familia extensa, amistades de la familia y trabajo de los familiares de los jóvenes que abandonaron sus estudios. En estos ambientes no se considera al individuo sino los ambientes que pueden influir en su decisión de abandonar o no la escuela.
Finalmente, se muestran los resultados de la investigación y algunas de las características de los jóvenes que abandonaron sus estudios, así como su interacción con sus ámbitos más próximos, como el familiar o el escolar (microsistema), y que nos sirvieron para observar las condiciones en que puede darse el abandono escolar.
A lo largo de este artículo nos referimos al concepto de abandono escolar,13 es decir, cuando los jóvenes salen del sistema educativo sin haber concluido sus estudios satisfactoriamente. Esta definición no solo incluye a los estudiantes suspendidos por razones de tipo académico, sino que también considera a aquellos estudiantes que, sin tener problemas de tipo académico, abandonan sus estudios por cualquier otra circunstancia.14
El abandono puede ser voluntario o involuntario, ocasionado por la desigualdad y la exclusión, en el sentido en que la escuela expulsa al estudiante ante el incumplimiento de sus reglas. Hay situaciones en las que los propios jóvenes deciden no asistir a la escuela, no entrar a clases, no hacer trabajos, entre otras acciones que los llevan a la reprobación y, finalmente, a causar baja de la institución.
Al respecto, tomamos el fragmento de una de las entrevistas realizadas a los jóvenes que colaboraron en nuestro estudio. La pregunta trataba sobre el semestre que el estudiante cursaba cuando decidió abandonar la escuela: “Tanto así como decidir no fue, sino que me obligaron en cuarto, por el máximo de asignaturas, lo excedí. El máximo eran cinco y bueno, tuve en ese caso cinco materias reprobadas y solamente me dijeron que fuera por mis papeles. Me dijeron que fuera mi mamá a firmar la baja”. Se le preguntó a qué atribuía el haber reprobado: “A las faltas. […] No entraba, no entregaba trabajos, y por lo mismo, cuando llegaban los exámenes ya no los podía hacer, de hecho ya no tenía interés” (informante, 17 años).
En el abandono escolar, las cifras están presentes en las instituciones mexicanas: “La deserción total se compone de dos indicadores: la tasa de deserción intracurricular, la cual es una medida del abandono durante el transcurso del ciclo escolar, y la tasa de deserción intercurricular, que se refiere al abandono que ocurre al final del ciclo escolar [independientemente de que el alumno haya aprobado o no]; de tal modo, la tasa de deserción total será la suma de éstas dos”.15
En los distintos trabajos que se han realizado sobre deserción escolar pudimos identificar cinco perspectivas teóricas desde las cuales se ha abordado el problema: teorías psicológicas, societales, económicas, organizacionales e interaccionales. Cada una de ellas hace énfasis en alguno de los factores que originan el abandono escolar; pero todas tienen sesgos y ninguna ofrece explicaciones satisfactorias sobre el fenómeno abordado, por lo que pensamos que el abandono escolar es un proceso que se origina a partir de la articulación de varios de estos factores, y esto es lo que se mostrará en el siguiente subtema.
Es un modelo metodológico que se empleó en la investigación para destacar la importancia que tiene el estudio de los ambientes en los que se desenvuelven los jóvenes y cómo influyen en su decisión de abandonar sus estudios. Además, es importante cómo se articulan entre sí esos ambientes y, de esta articulación, cómo orillan a los jóvenes a dejar sus estudios: “las capacidades humanas y su realización dependen, en gran medida, del contexto más amplio, social e institucional, de la actividad individual”.16 Es decir, el individuo es una construcción, resultado del ambiente en el que se desarrolla. En el presente trabajo se utilizó este modelo para tener en cuenta todos los factores que se presentan como ventajas o desventajas en los ambientes de los jóvenes, tanto de tipo interno como externo, con el propósito de observar el fenómeno del abandono escolar desde una perspectiva interaccionista y globalizadora.17
El modelo ecológico de Bronfenbrenner organiza los ambientes en que se desarrollan los individuos en cuatro sistemas: macro, exo, meso y micro. Para nuestro estudio, en el macrosistema ubicamos el sistema educativo nacional, y particularmente se analizaron cuatro de sus componentes: 1) los docentes, 2) los planes, programas y métodos educativos, 3) la evaluación educativa y 4) la infraestructura educativa. El exosistema se exploró a partir de las redes sociales de los jóvenes, conformadas por la familia extensa, las amistades y el trabajo de los padres. El mesosistema se abordó desde las relaciones que establecían los jóvenes con la familia nuclear y con su grupo de pares. Por último, en el microsistema se observaron las características de los hogares de nuestros informantes.
Este modelo nos mostró las características de los distintos ambientes en que los jóvenes se desarrollaron, las interconexiones entre unos y otros, las ventajas y desventajas detectadas en ellos y que contribuyeron a expulsarlos del sistema educativo. Cabe señalar que, debido al carácter sociológico de nuestra investigación, los factores internos o los que son atribuibles al individuo fueron poco explorados; sin embargo, nos enfocamos en los externos, en los ambientes del microsistema, como el hogar y la escuela, en los cuales se desarrollaron los jóvenes que no concluyeron sus estudios.
A partir del análisis de las distintas definiciones concluimos que el abandono escolar, aunque nos remite a un abandono voluntario, no siempre es así. Según el discurso de nuestros informantes, el macrosistema es determinante en la formación de ambientes que atraigan a los jóvenes al estudio, mediante la oferta de una educación de calidad, pertinencia de los planes y programas, una mejor infraestructura, métodos de enseñanza dinámicos, entre otros.18 Cabe señalar que entre los elementos que constituyen el sistema educativo sobresale la función de los docentes y su capacidad para trasmitir el conocimiento, ya que son ellos quienes pueden contribuir, a través de sus acervos, sus habitus y su capital cultural, a despertar la curiosidad y captar el interés de los jóvenes por el estudio, y que ellos extraigan los beneficios de una formación integral.
Los jóvenes, en su capacidad de agentes, ponderan costos —necesidades, intereses— y beneficios y deciden abandonar sus estudios; por el papel que le otorgan a la escuela en sus aspiraciones, sopesan lo que ven de la institución, lo que ganan o pierden al estar o no inmersos en el sistema educativo, entre otras razones. La valoración que los jóvenes realizan sobre la importancia de la educación en su proyecto de vida depende de las experiencias que han tenido en los distintos ambientes en que se han desarrollado, principalmente en su familia nuclear y extensa, en los contextos escolares en los que realizaron sus estudios precedentes y en las relaciones que establecen con su grupo de pares. Es esto lo que marca la diferencia entre jóvenes que estudian en una misma institución pero deciden concluir sus estudios, y otros que, en las mismas condiciones, los abandonan.
Sistemas | Ventajas | Desventajas |
---|---|---|
Exosistema | − Redes sociales extensas que brindan más y mejores oportunidades de desarrollo (B, E) − Padres y hermanos con empleos bien remunerados y con prestigio social (B, D, E) |
− Escasas redes sociales (A, C, D, F) − Padres y hermanos con empleos poco remunerados y de menor prestigio social (A, C, F) |
Mesosistema | − La familia mantiene comunicación con la escuela (ningún caso) − Relaciones con el grupo de pares favorables, que contribuyen en un buen desempeño académico (C) |
− Nula o escasa comunicación de la familia con la escuela (A, B, C, D, E, F) − Relaciones con el grupo de pares, que inducen a ausentarse de clases, no entregar trabajos, entre otros (A, B, D, E, F) (C) |
Microsistema | − Contar con servicios en el hogar, como agua, luz, drenaje, teléfono, internet, televisión
por cable (A, B, D, E, F) − Vivir dentro de un hogar en el que ambos padres brinden soporte económico, emocional y académico (B, C, D, E) − Escolaridad (media superior o licenciatura de los padres) (A, D) |
− No contar con servicios en el hogar, como agua, luz, drenaje, teléfono, internet, televisión por cable (C) − Vivir dentro de un hogar monoparental en el que no se brinde soporte económico, emocional ni académico (A, F) − Padres sin escolaridad o solo con educación básica (B, C, E, F) |
Fuente: Las letras A, B, C, D, E, F, designan a los jóvenes que abandonaron sus estudios y que participaron en una serie de entrevistas a profundidad para esta investigación.
El cuadro anterior nos muestra los diferentes ambientes (exo, meso y microsistema) en los que se originan los factores positivos y negativos que incidirán en los jóvenes para permanecer o abandonar el sistema educativo. Los factores positivos se convierten en las ventajas que favorecerán su permanencia e incidirán en la eficiencia terminal de sus estudios. Los ambientes que contienen los factores negativos se convierten en desventajas y orillan a los jóvenes a tomar la decisión de abandonar sus estudios.
El primer sistema o exosistema se exploró observando la presencia de la familia extensa en la vida de los jóvenes, las amistades de la familia y la ocupación de los padres y hermanos. El mesosistema se refiere a la comunicación que la familia tiene con la institución, así como la comunicación que mantiene el propio joven con el grupo de pares. Esta comunicación, si es positiva, favorecerá la creación de redes sociales en las que interactúa; pero si sucede lo contrario —no hay comunicación— esta se convierte en una desventaja que incidirá en la decisión del abandono escolar. Por último, el microsistema se refiere a los factores socioeconómicos y culturales que se convierten en ventajas o desventajas y que inciden en los jóvenes en su decisión de abandonar la escuela.
Según la hipótesis de trabajo, corroboramos que los factores de los diferentes ambientes en que se desenvuelven los jóvenes, pueden ser positivos o negativos. Los primeros inciden positivamente para motivarlos a continuar con sus estudios, por lo que se les considera ventajas; pero también sus carencias los convierten en desventajas para los jóvenes y los orillan a abandonar la escuela. Las estrategias seguidas por las autoridades, como otorgar becas, implementar el sistema de alerta temprana, tutorías o cursos remediales, entre otros, han contribuido a disminuir los índices de abandono escolar; sin embargo, no han resuelto el problema, ya que existen factores, como los familiares y los atribuibles propiamente al individuo, que el Estado no ha podido atender.
Para finalizar, hemos de decir que el abandono escolar es un problema muy complejo que requiere mayor atención en la prevención por parte de las autoridades educativas. Los jóvenes, al ingresar a una institución de educación media superior, tienen un bagaje cultural que han recibido de sus familias, y para evitar que salgan del sistema escolarizado es muy importante mejorar el macrosistema, es decir, hacer más atractivos los ambientes escolarizados para que los jóvenes se sientan más integrados a la institución, mejorar los planes de estudios, hacerlos pertinentes, mejorar la infraestructura de los planteles educativos, contar con una planta académica más integrada al sistema educativo, más capacitada y mejor pagada, entre otros factores. Es decir, tomar en consideración el incremento en la calidad de los ambientes educativos para facilitar la integración de los jóvenes, con la perspectiva de favorecer sus condiciones de vida, sus habitus y sus concepciones respecto al papel de la educación en sus proyectos de vida.
1 Reconociendo los alcances del concepto de educación más allá de la escuela, es pertinente señalar que para efectos del presente trabajo su uso se hará en referencia a la educación escolarizada o formal, como la llaman algunos autores.
2 Juan Carlos Feres, Fernando Filgueira y Martín Hopenhayn (coords.), Panorama Social de América Latina, 2010, cap. ii, cepal/onu/unfpa, Santiago de Chile, 2011, pp. 85-136, http://bit.ly/292NsFX, consultado en junio de 2016.
3 Nos referimos a la Reforma Integral de la Educación Media Superior (riems), 2008.
4 Este artículo se desprende de una investigación de mayor envergadura que se presentó como tesis para obtener el grado de Maestría en Ciencias Sociales por la Facultad de Estudios Superiores de Cuautla (fesc) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (uaem). En este caso, estamos considerando a los jóvenes de entre quince y diecinueve años (por ser la edad típica para cursar este tipo educativo) y que causaron baja definitiva en el Colegio de Bachilleres del Estado de Morelos (cobaem), plantel 2 de Jiutepec. Esta baja puede ser voluntaria u obligatoria (causada por reprobación o mala conducta). Asimismo, estamos teniendo en cuenta a los estudiantes que abandonaron sus estudios en esta institución y que pueden o no estar realizándolos en otras instituciones de educación media superior.
5 Panorama del sistema educativo de México. Indicadores del sistema educativo nacional 2012. Educación básica y media superior, inne, México df, 2012, http://bit.ly/28Za0oX, consultado en julio de 2013.
6 Ibid., pp. 329 y 334.
7 Secretaría de Educación Pública (sep), Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inee) y Consejo Mexicano de Investigación Educativa ac (comie).
8 Respecto a la relevancia de los estudios regionales y al cuestionamiento sobre la homogeneidad del sistema educativo nacional, Galván y Quintanilla dicen: “las investigaciones acerca de la política educativa del poder central mostraron la fragilidad e inoperancia de las iniciativas estatales; los estudios en torno a la práctica cotidiana en el aula pusieron al descubierto la enorme distancia existente entre los niveles discursivos y programáticos y lo que sucedía dentro de la escuela”. En Luz Marina Ibarra Uribe, Abuelas, madres y nietas. Escolaridad y participación ciudadana, 1930-1990, uaem/Fontamara (Argumentos 149), Cuernavaca/México df, 2012, p. 43.
9 En el turno matutino se entrevistó a dos hombres y una mujer, y en el turno vespertino, a dos mujeres y un hombre.
10 Se entrevistaron tres docentes y cuatro administrativos, dos coordinadoras académicas y dos responsables de servicios escolares.
11 Es el segundo municipio del estado con mayor población (196 953 habitantes), según cifras del Censo de Población y Vivienda 2010. Es considerado como urbano, según el inegi, para el cual una población urbana es el área geoestadística mayor de 2 500 habitantes, que tenga de una a cincuenta manzanas y cuyo uso del suelo sea habitacional, industrial, comercial, de servicios, recreativo, entre otros; cfr. “Principales resultados por ageb y manzana urbana”, Censo de Población y Vivienda 2010, http://bit.ly/28YZegw, consultado en mayo de 2014.
12 Héctor Fernando Pérez Jiménez, Primer informe de actividades 2012-2013, cobaem, Secretaría de Educación, Cuernavaca, 2013, http://bit.ly/28YMGFa, consultado en agosto de 2015.
13 Nos referimos al “abandono” y no a “deserción” porque, aunque se matice con la palabra “escolar”, el término es sinónimo de “traición”, “huida”, “defección”, “infidelidad”, “deslealtad”, “ausencia”, “evasión”, “desaparición”, “desbandada”, “apostasía”, entre otros más, cuyo significado no tiene que ver con esta investigación. Véase “Deserción”, en Word Reference, http://bit.ly/28Wskfk, consultado en diciembre de 2015.
14 Marcos Jacobo Estrada Ruiz, “La deserción en la educación media: vulnerabilidad y desrealización juvenil”, 2° Congreso Internacional “Las Ciencias Sociales en el Siglo xxi: Retos de las Ciencias Sociales para Explicar la Sociedad Contemporánea”, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, del 10 al 13 de septiembre de 2013; José Francisco Javier Landero Gutiérrez, Deserción en la educación media superior en México, Suma por la Educación, México df, 2012, http://bit.ly/291M57v, consultado en mayo de 2013.
15 Lineamientos para la formulación de indicadores educativos, sep, México df, 2015, http://bit.ly/28YgCRn, consultado en diciembre de 2014.
16 Urie Bronfenbrenner, La ecología del desarrollo humano. Experimentos en entornos naturales y diseñados, Paidós, Barcelona, 2002, p. 19.
17 Vincent Tinto, “Definir la deserción: una cuestión de perspectiva”, resu, vol. 8, núm. 71, julio-septiembre de 1989, http://bit.ly/291VbRB, consultado en mayo de 2013; Carlos Maya Obé, El abandono escolar. Una perspectiva sociocultural para su interpretación, upn (Horizontes Educativos), México df, 2012.
18 Los jóvenes entrevistados perciben de la institución en la que estudiaban: a) Planes, programas y métodos de enseñanza carentes de sentido y significado, no acordes con la realidad que viven; b) Docentes “buenos” y “malos”; aunque en la mayoría de los casos los clasifican en la primera categoría, de la segunda puntualizan que son incongruentes con lo que enseñan y con el reglamento, que dan pocas clases y que no muestran interés por conocer a sus alumnos y saber si realmente aprenden (cfr. Medardo Tapia Uribe, Adriana Tamez y Angélica Tovar, “Causas de reprobación en los Colegios de Bachilleres del Estado de Morelos”, Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, vol. xxiv, núms. 1 y 2, 1994, pp. 107-128); c) En cuanto a la infraestructura, proponen que, aunque existen carencias, estas no afectan de manera significativa en su desempeño académico; d) Respecto a la evaluación, observamos que esta no es vista como una forma de intervención, es decir, que a partir de ella lo único que se obtiene es un número que acredita o no a un estudiante, pero que no aporta elementos de retroalimentación sobre lo que se enseña, lo que se aprende, lo que falta y cómo mejorarlo.