♦ Elsa Cross

Insomnio / 11




La luz titubea en la ventana
Pájaros irrumpen
oscilando entre el piar y el gorjeo
entre el gorjeo y el trino que se desata
Truenan los muebles por su cuenta
y algo suena como sonaja
algo espera como mortaja
y el cuerpo duele
y se empieza a percibir
un tinte apenas
pinceladas furtivas
de una azulosa claridad

El oleaje de la noche
se detiene
y la sed se extiende
y la extrema lasitud se duerme
en brazos y piernas y cabeza
Los sonidos te envuelven y te atrapan
con una levedad de telaraña
                                    un roce apenas
y oyes sobre la piel el roce de las sábanas
sientes sobre la piel
cosquilleos            calor                   hartura que dejará en los ojos
una sombra morada
tienes sed o hambre o comezón
una muerte incrustándose
en tendones          en músculos        en nervios
una embriaguez invadiendo los huesos y la mente
que no discierne bien si viene o va
si asciende o si desciende
si avanza               retrocede             o solo flota
como el hombre de Magritt
por esas lindes cercadas del insomnio

La luz titubea en la ventana
Fractura el principio de realidad
tiembla la materia del techo
abre huecos
va y viene su solidez
Todo en torno se deshace
al tacto de la mente
Un grito verde oscuro—
los pájaros desatan su algarabía

Nube tatuada al fondo de unas cuantas palmeras
Un faro en las estribaciones del azul
En las mareas del sueño se desplaza
la cápsula vacía del insomnio
Flota en su silencio
resbalando
del cerúleo               al cobalto             al ultramar
Un fragmento de mar que la mirada
al mar devuelve entero—
ondas apenas perceptibles
desde los promontorios
Líneas delgadas
con un reborde blanco en las orillasz
y la extensión que se deslinda apenas
del cielo ya sin nubes
es un reflejo reflejante

Historias perdidas en la piel
de ese mar detenido
de un solo parpadeo
                                    Trinacria—
y su rumor de olivos sarracenos
sus cigarras cada vez más agudas
cesan de pronto—
Visitaciones de los muertos
reliquias que dejan manchas húmedas
Moho rezumando
pasos resonando en las duelas oscuras
—para que no se olviden
                                                no se olviden

aquellas gestas

Las mareas sepultan sus criaturas
Invade un sabor de sal y yodo
y a pleno pulmón el ansia de salir
de esos naufragios

Nombres como ánforas vacías
—y esos lances de pronto
bajo el sol impío
Nombres que pugnan por salir
en el Templo de los Incorpóreos
cobrando un peso real
en la resaca que descubre un caracol
una maraña verde
restos de una lancha
con los cuerpos apátridas
andrajos flotantes—
hebras de un entramado que se extiende
hasta cubrir completa la visión
quedando la reja de la trama
como una celosía
                                    y el mundo atrás
escindido en infinitas cuadraturas




♦ Elsa Cross. Poeta, ensayista y traductora mexicana, nacida en la Ciudad de México (1946). Es autora de una extensa obra, iniciada en 1966 con Naxos, la cual ha sido editada y publicada en diversos países, como España, Bélgica, Estados Unidos, Brasil, Francia y Líbano. El Premio Nacional de Artes y Literatura que recibió en 2016 se suma a su catálogo de distinciones, entre las que se encuentran el Premio Nacional de Poesía Aguscalientes (1989), el Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines (1992), el Premio Xavier Villaurrutia (2007) y, en París, el Premio Roger Caillois.