Filósofos cínicos: aproximaciones para su estudio universitario

♦ Juan Cristóbal Cruz Revueltas, Luis Alonso Gerena Carrillo, Rafael Ángel Gómez Choreño (coordinadores)

uaem/Bonilla Artigas (Filosófica 5), Cuernavaca/Ciudad de México, 2018, 140 páginas
isbn: 978-607-8519-83-5

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Este libro está compuesto por los textos “Cuerpo cínico (Tanteo)”, de Josu Landa; “La verdad del perro: los cínicos como (anti)metafísicos”, de Carlos Alberto Vargas Pacheco; “Los furiosos discípulos de Sócrates y la crítica a los excesos de la polis”, de David D. Esquivel; “Diógenes el cínico. La filosofía de un exiliado”, escrito por Luis Alonso Gerena Carrillo; “Consideraciones en torno a la figura Hiparquia, filósofa cínica”, de Carolina Terán Hinojosa; “La ciudad y los perros: la escena política para una filosofía vagabunda”, de Rafael Ángel Gómez Choreño y, finalmente, “Los cínicos, cúspide y decadencia de la filosofía antigua”, escrito por Juan Cristóbal Cruz Revueltas y Martha Elisa López Pedraza.

El primer texto versa sobre la definición del cinismo y su contexto histórico. Resulta ser un documento un gran valor para estudiantes e investigadores, pues Josu Landa centra su atención en cómo la cosmovisión de los filósofos cínicos influía en su forma de vida.

El segundo, a cargo de Carlos Alberto Vargas Pacheco, dedica sus esfuerzos al análisis de la figura del perro dentro de la escuela cínica y cómo el cinismo buscó establecerse como un punto de contrapeso de la corriente metafísica. El autor dedica líneas al razonamiento sobre cómo el cinismo ha repercutido en la filosofía occidental moderna.

David D. Esquivel dibuja una línea que va desde el pensamiento socrático y sus estudiosos en la Grecia antigua, como Platón, Jenofonte y Aristófanes, hasta los pensadores cínicos en los que es posible rastrear las huellas de un pesador como Aristóteles, cuya sombra aparenta abarcarlo casi todo en la filosofía griega.

Luis Gerena hace un estudio sobre la filosofía de Diógenes y lo compara con lo sostenido por Aristipo acerca de que la libertad puede ser encontrada en el placer, ya que aquella radica en la satisfacción de las necesidades básicas. A partir de ello, el autor busca mostrar que Diógenes sigue una línea de pensamiento semejante a la de Aristipo, para quien la excelencia y la libertad no se encuentran entre las virtudes que pregona la tradición.

En otra mano, el texto presentado por Carolina Terán Hinojosa ofrece un estudio feminista de la figura de Hiparquia, filósofa cínica. Este análisis resulta indispensable en nuestros días, pues en él se profundiza en una imagen que ha quedado casi olvidada, como lo es la de Hiparquia, emblemática para el feminismo contemporáneo justamente por llevar a cabo lo que la autora llama una teoría encarnada.

Los dos últimos textos versan sobre la importancia de retomar la filosofía cínica en la época contemporánea, el primero planteando que para comprender el pensamiento cínico debemos partir del hecho de que se trata de una filosofía intencionalmente excluida de la tradición filosófica dominante, y el segundo, presentando esta corriente filosófica como una posición extrema de los principales valores del pensamiento griego.